Se creía el sr. Atta que todo el campo es orégano y no se olió ni de lejos la sorpresita mañanera. Lo cierto es que la Oposicion se ha cansado de sus inconsistentes argumentos, de sus faltas de respeto y de su escasa sensibilidad con los concejales que deben cumplir con sus obligaciones laborales

Se creía el alcalde que iba a poder continuar con su política del rodillo aún estando en minoría. Pero no, todo aguante tiene un límite y a veces sucede que la gente dice «basta», y la paciencia se acaba.

Lejos de moderar sus formas y de corregir sus constantes salidas de tono, el sr. Atta ha optado por seguir en su posicionamiento, sin tener en cuenta su situación de absoluta debilidad. Al igual que su socia en el gobierno, Fabiola Calderín, parecen ambos no ser consciente de su nuevo papel en el arco plenario municipal. Habían llegado al convencimiento de que el salón de plenos ES SUYO y, por tanto, pueden hacer lo que quieren.

Pero, no. Las cosas ya son distintas por mucho que ambos se nieguen a aceptarlo y, desde este perfil seguimos insistiendo en la necesidad urgente de parar en seco y bajarles los humos a dos egos confundidos que han optado por engañarse a sí mismos.

Por suerte, la ley pone a disposición de los representantes públicos, tanto del gobierno como de la oposición, unos mecanismos muy sencillos para cortar de raíz unas actitudes inaceptables dentro de un sistema democrático. 

Lo que pasó hoy en el Pleno de Valsequillo es solo una muestra de lo que puede pasar de hoy en adelante. Su actitud desafiante le hizo perder una votación en la que, mientras la oposición defendía sus derechos y argumentaba su posicionamiento, el alcalde, sin argumento alguno, les echaba la culpa. 

Si los vecinos queremos que este municipio funcione y retome el camino que abandonó hace unos años, tenemos la obligación de exigir a todos nuestros  representantes la mayor transparencia, honestidad y respeto posibles. Tanto con el pueblo y como entre ellos mismos.

Aunar voluntades para mejorar juntos, es imprescindible; sin embargo, ya estamos viendo a un gobierno en minoría capaz de intentar bloquear todo lo que esté en su mano para poder echarle la culpa a la oposición. De hecho, ya lo está haciendo.

Es un gobierno que no es capaz de buscar socio para formar un gobierno estable y, mucho menos,  de buscar vias de negociación para llegar a acuerdos de gobierno puntuales. 

En lugar de hacer lo que dice la lógica, hace lo que todos esperábamos : ponerse en evidencia el alcalde solito y publicar en prensa todas sus vergüenzas. Cuanta más difusión, más pone al descubierto sus debilidades; es lo que se conoce como «darse un tiro en el pie».

Hoy se han empezado a desenmascarar ellos solos ante la opinión pública.