Ya el sumun de la desfachatez en todo este recorrido desde la confirmación de la moción de censura es la afirmación tajante del primer edil argumentando “nos han robado la alcaldía”, sumido en un engreimiento total donde después de tantos años de gobierno tiene la firmeza que ese puesto es vitalicio y sólo lo puede ostentar él, obviando que ese es un cargo que deriva de los resultados de una votación popular y como tal, cualquiera de las otras fuerzas, dentro del marco que permite la democracia, puede pasar a otras manos, sin que por ello ardamos todos en el infierno

Según la impresión de gran parte de la ciudadanía valsequillera, existen grandes prisas de última hora por parte de un gobierno en pista de salida intentando afrontar todas aquellas acciones que llevan años empantanadas y que en una semana intentan sacar adelante como sea, todo ello para dar la insondable sensación de ser unos políticos competentes. 

Pero nada más lejos de la realidad porque los comentarios son variopintos, desde el “nunca he visto tanto despliegue de personal en la misma zona y distintas calles”, aquello de “llevan dos años las farolas fundidas, nos hemos comido una oscuridad casi eterna y ahora en la cuenta atrás arregladas en un pis pas”, el consabido “ñosss, están metiendo asfalto y hormigón por todos los rincones que casi llegan hasta el salón de algunos como favor eterno” o el recurrente “ahora hay que aprovechar el último suspiro para que te solucionen lo que nunca les ha preocupado, desde un contador de agua hasta una farola en tu jardín, tú pide que se te concederá porque tic-tac tic-tac, estos están liquidados”.

Y hete aquí que “mal acaba el que mucho corre” o era “mucho corre el que mal acaba” por aquello de que tienen que salir con las patas por delante por insufribles e inoperantes. Eso sí, han querido meter con fórceps a escasos días del debate y votación de la moción de censura un pleno de urgencia con un batiburrillo de puntos intentando que brille su impronta de buenos hacedores de suspiro final, trayendo a colación diversos puntos, que ni eran urgentes ni se les esperaba. Han pasado muchos años con proyectos empantanados, con unos servicios técnicos colapsados y resulta que de buenas a primeras llegó la luz con esfuerzos titánicos en redacción de dichos proyectos cuyas propuestas ya eran pasto de las telarañas.

Y es que puestos aquí en este lapso de tiempo sin retorno para Asba-CC, los cabecillas locales de ambas formaciones terminan su fase de gobierno bastante desnortados, con una sensación de traca final, tirando voladores en cualquier esquina, intentando dar la imagen de que con ellos se estaba bien, que la luz que les alumbraba sigue encendida, cuando en realidad los apagones son constantes, generando un supina incapacidad para mantener un rumbo digno y coherente en beneficio del pueblo al que representan, con pérdidas millonarias de recursos que nos perjudican a todos, con abandono total de servicios básicos, con una negligencia absoluta en la gestión de los espacios públicos y la infrautilización de los mismos, con deficiencias y deterioros inadmisibles.

Ya el sumun de la desfachatez en todo este recorrido desde la confirmación de la moción de censura es la afirmación tajante del primer edil argumentando “nos han robado la alcaldía”, sumido en un engreimiento total donde después de tantos años de gobierno tiene la firmeza que ese puesto es vitalicio y sólo lo puede ostentar él, obviando que ese es un cargo que deriva de los resultados de una votación popular y como tal, cualquiera de las otras fuerzas, dentro del marco que permite la democracia, puede pasar a otras manos, sin que por ello ardamos todos en el infierno. 

Cuando a quien elegimos para que nos represente se cree con la potestad de hacerse dueño absoluto de la casa de todos, en ese punto ya sobra y siempre es bueno que otros representantes públicos tengan la opción de cambiar de rumbo las riendas de la gobernanza para posibilitar una regeneración del poder, una estabilidad en la gestión y una respuesta a las voces del pueblo que claman por un cambio a la mayor inmediatez posible. 

Ese paso se va a dar por mucho que les pese a los que por decisión democrática y dentro del marco legal tendrán que dar un paso a un lado el próximo martes, para dar entrada a nuevos aires asumiendo la voluntad de un pueblo que necesita ver la luz al final del túnel donde nos han metido por desgaste, inoperancia y estancamiento de una propuesta política rancia, obsoleta y alejada de la ciudadanía y sus necesidades. Juan Antonio Ojeda Muñoz