Lo sensato y honesto ante la evidencia de lo denunciado habría sido entonar un “mea culpa”, y reconocer lo que había, pero no, sigue el alcalde de Telde sobrado de arrogancia, como si no recordara cuando desde la oposición incendiaba con sus denuncias y soflamas la prensa local

Han estado muy oportunos en Nueva Canarias-Telde, denunciando hoy que desde hace  3 meses, varios palets con donaciones de todo tipo, recaudados para los afectados por la DANA de Valencia, se encontraban sin ninguna protección ni explicación abandonados en la sala polivalente del edificio de las oficinas municipales de El Cubillo.

Lo que repatea de este tema, es que una vez y no se envió a Valencia, este material tal y como denuncia Nueva Canarias, podría haber sido donado a cualquier ONG, y no dejar que muchos de los alimentos incluso hayan caducado.

Tiene sentido la denuncia porque muchos ciudadanos y entidades realizaron con la mejor de su voluntad estas aportaciones para que ahora se amontonen sin el más mínimo pudor.

No se ha podido contener Juan Antonio Peña y ha salido vía nota de prensa a decir que son “falsas y tendenciosas” la denuncia hecha hoy por la formación canarista, que dicho sea de paso ha documentado muy bien la misma.

No tiene un ápice de humildad, para reconocer que efectivamente esas donaciones se pudren en El Cubillo y que ni siquiera han sido diligentes para hacerla llegar a cualquier colectivo necesitado de Telde, ha demostrado que «tiene la piel muy fina” para haber tenido en la oposición la lengua muy larga. En definitiva, la nota de prensa hecha deprisa y corriendo no desmiente la denuncia hecha por Nueva Canarias, deja la sensación de que encaja muy mal la crítica y practica poco la autocrítica .

Es muy curiosa la forma de actuar de Peña, o da la callada por respuesta a lo que se le cuestiona o sale como pollo sin cabeza. sin aclarar nada a lo que Nueva Canarias ha denunciado.

No pierde Ciuca sus “métodos del y tú más” pero ya no estamos en el año 1995 cuando esta formación llegó a la institución municipal y el respeto y las buenas formas, tocaron fondo y la amenaza y judicialización de la vida política, estaba a la orden del día.

Lo sensato y honesto ante la evidencia de lo denunciado habría sido entonar un “mea culpa”, y reconocer lo que había, pero no, sigue el alcalde de Telde sobrado de arrogancia, como si no recordara cuando desde la oposición incendiaba con sus denuncias y soflamas la prensa local.