Un acomodador le iría bien, para colocar a la gente en las butacas de lo único que ocupa su agenda -las fiestas- por lo que va a seguir pegándose batacazos contratando a una persona que se encargue de la planificación estratégica de la agenda del alcalde de Telde, que no organiza ni planifica nada
Juan Antonio Peña, no consigue consolidar en su puesto de trabajo a un jefe gabinete de alcaldía, por lo que cabría pensar que o es muy complicado trabajar con el primer edil teldense, o que se está equivocando en lo que realmente precisa.
David Melián, Ángel García y ahora Victoria Sabroso, curiosamente los dos primeros han sido cesados por “pérdida de confianza” habrá que ver el devenir de Sabroso en los 22 meses que quedan de gobierno, y queda todavía mucha tela que cortar, aunque como viene de la mano del líder de Primero Canarias, Teodoro Sosa, igual resiste.
Detrás de esta inestabilidad en la jefatura del gabinete de alcaldía de Telde, no hay ningún misterio, ya que una de las responsabilidades más importantes de un jefe de gabinete está la de coordinar la agenda del Alcalde, y a Peña no hay quien le lleve la agenda, entre otras coas porque no tiene, porque a pesar de ser un alcalde virtual y un generador de contenidos, sigue utilizando la agenda física, la que se compra en el bazar de los chinos o en las librerías , y eso en una ciudad de 102,00 habitantes como Telde es un atraso.
Al alcalde no le duran los jefes de gabinete, porque se hace imposible trabajar con Peña en el día a día, no coordina nada con ellos porque realmente lo que precisa Juan Antonio Peña, es un acomodador , porque a pesar de saber cuales son las competencias que tiene un jefe de gabinete, le gusta y por libre sin orden ni concierto.
Un acomodador le iría bien, para colocar a la gente en las butacas de lo único que ocupa su agenda -las fiestas- por lo que va a seguir pegándose batacazos contratando a una persona que se encargue de la planificación estratégica de la agenda del alcalde de Telde, que no organiza nada.
Se puede ahorrar el sueldo de un jefe de gabinete no lo necesita porque no hace caso a nadie, no agenda nada, no acepta sugerencias, y en torno a su vestimenta -no la de Juan A. Peña, sino la del primer ciudadano de Telde- sigue siendo lamentablemente penosa.