A la carreta de Valsequillo solo se le vio aproximarse y desaparecer entre la multitud, mientras las cámaras y los presentadores «estaban a otra cosa». Ni nuestras excelentes representantes recitando las «décimas» que, con esmerado cuidado y cariño, llevaban preparadas, fueron objeto de atención en directo por parte de la cadena pública y muchos telespectadores valsequilleros que estábamos atentos a la pequeña pantalla nos sentimos profundamente defraudados, menospreciados y ofendidos
En muchas ocasiones la vida te trae de vuelta situaciones surrealistas o estrambóticas y, a veces, te convierte en víctima de tus malintencionadas decisiones y actuaciones.
La conocida frase de «si éste monta un circo, le crecen los enanos», es muy adecuada para calificar los acontecimientos en torno a la trayectoria de Francisco Atta, de manera muy especial en estos meses de un verano que aún no ha acabado y que todavía dará mucho que hablar.
Los despropósitos del alcalde no cesan de poner a Valsequillo en ridículo día tras día.
Pero no siempre nos alegramos de sus desgracias porque, para nosotros, la prioridad es que Valsequillo sea un pueblo reconocido y respetado, no solo por su pasado sino también por su presente y su imprevisible futuro. Por ello, nos entristece enormemente lo que ha pasado en la romería de Teror.
Quizá, mucha gente ni se haya percatado, pero la TV Canaria no estuvo a la altura con el trato a Valsequillo en la ofrenda de nuestro municipio a la Virgen del Pino.
El tiempo y la atención prestada en la retransmisión de la romería en directo, se redujo a dos minutos dedicados a la AF Lomitos de Correa y su cuerpo de baile. Una atención mínima y un agravio comparativo con la atención y el tiempo dedicado a los demás municipios.
Desconocemos si algún otro municipio fue tan agraviado como el nuestro en la Ofrenda a la Patrona porque, francamente, después de no poder disfrutar ni de una imagen de la entrega de la ofrenda y solo escuchar por los micrófonos de ambiente que le tocaba «el turno» a Valsequillo, hemos cambiado de canal.
Lo que sucedió fue impresentable y por ello hacemos pública nuestra decepción más absoluta.
A la carreta de Valsequillo solo se le vio aproximarse y desaparecer entre la multitud, mientras las cámaras y los presentadores «estaban a otra cosa». Ni nuestras excelentes representantes recitando las «décimas» que, con esmerado cuidado y cariño, llevaban preparadas, fueron objeto de atención en directo por parte de la cadena pública y muchos telespectadores valsequilleros que estábamos atentos a la pequeña pantalla nos sentimos profundamente defraudados, menospreciados y ofendidos.
Cierto es que, seguidamente, alguien detectó el gran agravio y se trató de corregir de inmediato llevando a nuestras dos dignísimas representantes a recitar sus preciosas décimas «a posteriori’, que, por cierto, lo hicieron de maravilla. Pero el daño ya estaba hecho.
La carroza de Valsequillo no tuvo ninguna presencia en la retransmisión en directo y pasó completamente desapercibida en el momento de la Ofrenda porque los «cerebros» de la Televisión Canaria tenían su atención puesta en otra parte. Varias parrandas de amigos que no representaban a ningún municipio, tuvieron muchísima más presencia que Valsequillo ante las cámaras de la Televisión Canaria.
«Cosas del directo», dirán algunos. «Falta de sensibilidad y respeto», decimos los valsequilleros. Pero, ¿tienen algo que decir los políticos?
Esta vez, y sin que sirva de precedente, no le vamos a echar la culpa al alcalde. Sabemos que no fue su culpa y aquí también lo decimos con la misma claridad y rotundidad que cuando le señalamos con el dedo por sus estupideces y errores.
Esta vez no fue él.
Claro, ¿cómo iba a ser él cuando sabemos lo que le gusta salir en primer plano en la tele o en las portadas de la prensa digital y escrita que tanto dinero nos cuesta?
Conociendo su ego, probablemente, su estado de decepción y frustración hayan sido tan grandes o más que el nuestro y, seguramente, fue el primer sorprendido cuando le comunicaron «el olvido» del REALIZADOR de la Televisión Canaria, un lapsus imperdonable y que no se debería pasar por alto.
La queja en la prensa ya está tardando en llegar.
El destino es imprevisible…
Dicho todo lo anterior, volvemos al principio del comentario.
Nos referimos a que Fco. Atta no le salen nada bien sus jugadas y, a veces, la vida le pone en situación.
Nos referimos a lo sucedido el pasado 30 de agosto en la Plaza de La Barrera donde, en un acto promovido por los vecinos de ese barrio y subvencionado por el Cabildo de Gran Canaria, la dirección del ente público limitó las declaraciones referentes al XI Encuentro Intercultural a ‘unas escuetas declaraciones del alcalde del municipio’, con lo cual, sibilinamente, se negó cualquier tipo de intervención y visibilidad al Consejero de Solidaridad del Cabildo de Gran Canaria, Don Carmelo Ramírez, impulsor y patrocinador del evento. ¿Casualidad? Para nada.
Si el Informativo de la TV Canaria disponía de poco tiempo, ¿no hubiese sido mejor compartir cámara y tiempo entre alcalde y Consejero, o bien hacerlo conjuntamente?
Todo indicaba que las órdenes «venían de arriba» y al Consejero, «ni agua» en Valsequillo.
Perdonen que seamos mal pensados, pero aquella situación, tan mezquinamente premeditada contra el Sr. Carmelo Ramírez, ¿estaba teniendo la correspondiente respuesta en la Romería del Pino?
Por más que le demos vueltas, creemos que Francisco Atta ha pagado con creces sus habituales artimañas y nos tememos que «alguien» le ha devuelto la jugada con creces y en un escenario mucho más mediático.
Francisco Atta ha vuelto a mostrar su lado más mezquino en el acto de La Barrera y el destino le ha devuelto la moneda en la Romería del Pino.
Y mientras tanto, los vecinos de Valsequillo pagando las consecuencias de unos actos cívicos o religiosos con trasfondo político provocados por un representante público que está pidiendo a gritos que se le sustituya con urgencia.
Este pueblo necesita ya de otro alcalde que le represente con la dignidad que nos merecemos.
Otra vez más se demuestra que el tiempo de Francisco Atta hace tiempo que se agotó. A.M.S.







