Al PP de Telde, no le ha quedado otro remedio que empezar a moverse por su cuenta y vender su gestión ya que desde el gabinete de comunicación todo se centra en la persona del alcalde y el resto de los miembros del gobierno son solo unos figurantes

Si existiera en Telde gestión municipal y una normalidad democrática, el alcalde, Juan Antonio Peña, ya habría rendido cuentas de sus dos años al frente de la alcaldía. El no hacerlo demuestra la total falta de transparencia de su gestión y la ausencia de respeto por los ciudadanos.

De tal tenor es falta de transparencia y responsabilidad hacia los ciudadanos, que su socio de gobierno, el Partido Popular, ha tenido que salir por su cuenta y en solitario a hacer una valoración de los dos años de mandato a la vista de que el Alcalde no pensaba hacerlo de forma conjunta que es como se hace el los pactos de gobierno .

A la vista de que el alcalde de Telde, es como Juan Palomo, “yo me lo guiso y yo me lo como” y ante la total megalomanía de Juan A. Peña, al PP de Telde, no le ha quedado otro remedio que empezar a moverse por su cuenta y vender su gestión ya que desde el gabinete de comunicación todo se centra en la persona del alcalde y el resto de los miembros del gobierno son solo unos figurantes.

A parte del Alcalde, solo es noticiable el hombre fuerte del pacto, Juan Martel, (quien se lo iba a decir), que es el único que sale en los papeles vendiendo su gestión, el resto incluido los concejales de Ciuca son opacados por el alcalde.

Parece algo baladi pero no lo es, la única fórmula que ha encontrado el PP de Telde es “echarse a la calle” porque ya han comprobado en carne propia que Peña tiene un ego tan grande que a parte de ser un “generador de contenidos” en las redes sociales y estar en ellas omnipresente, no deja que nadie asome la cabeza en la prensa, salvo Juan Martel, al que no le tose -por ahora-.

Luego por la ciudad no hace nada, pero eso le da igual, él a lo que se dedica es a hincharse como un pavo real y ungirse de sahumerio de vez en cuando  entre los ritmo de batucadas y algún volador despistado. El espectáculo es grandioso.