Constantemente y sin ningún recato la imagen del Santo Cristo que para miles de teldenses, entraña un significado profundo, un sistema trascendental de valores, una base para crear comunidad y pertenencia colectivas, así como la misma esencia de su identidad y de sus creencias fundamentales, es manoseada por el alcalde de Telde a la menor oportunidad

Justo en la intercesión de la rotonda Daora, y con motivo de la llegada a Telde de la Virgen del Pino, han colocado una enorme pancarta que tiene las imágenes de la patrona de Gran Canaria y el Santo Cristo de Telde, y es en esta última donde una vez más vuelve a colocar sin el más mínimo recato el eslogan del gobierno municipal: «Telde Adelante».

Juan A. Peña desde que llegó a la alcaldía de Telde hace ya dos años, no ha hecho más que utilizar la imagen del Santo Cristo de Telde con fines políticos, todavía recordamos cuando en la Romería de Teror repartieron estampas con la imagen del Cristo y por detrás el eslogan del gobierno municipal o cuando lo nombró patrón de la Policía Local.

Constantemente y sin ningún recato la imagen del Santo Cristo que para miles de teldenses, entraña un significado profundo, un sistema trascendental de valores, una base para crear comunidad y pertenencia colectivas, así como la misma esencia de su identidad y de sus creencias fundamentales, es manoseada por el Peña a la menor oportunidad, olvidándose que “la Constitución española ordena la neutralidad de los poderes públicos como una de las señas de identidad de nuestro modelo político y jurídico.

Pese a que a priori el alcance y contenido del principio de neutralidad ha sido definido de forma precisa en nuestro ordenamiento jurídico, las decisiones de algunos gestores públicos como el alcalde de Telde, dejan mucho que desear sobre esta neutralidad.

Todo vale para un alcalde populista con tal de arañar adeptos, esta nueva utilización de la imagen del Santo Cristo, es una «degradación institucional sin precedentes», no es moral, ni ético, y no deben confundir a la ciudadanía con estos actos, ya que “la Constitución española ordena la neutralidad de los poderes públicos como una de las señas de identidad de nuestro modelo político y jurídico. La neutralidad se conforma como un presupuesto para la convivencia pacífica de aquellos que tienen diferentes convicciones, ideas y opiniones, en una sociedad plural y democrática”. MC