Juan Dávila-García. Radiotelegrafista del Estado

Lo que publico a continuación no tiene como objeto dañar la excelsa imagen de la Reina Isabel II de Inglaterra que fue todo un dechado de virtudes y que reinó durante 70 años de una manera eficiente y brillante lo que motivó que los ingleses siempre le dispensaran ese gran cariño que sentían por ella, algo que ha quedado demostrado en las visitas que recibió de millones de sus súbditos durante los días que su cadáver estuvo expuesto para que el pueblo se despidiera de su querida y amada soberana. 

 Esto es historia y la “historia como fiel fedataria de cuantos acontecimientos ocurren no se puede obviar”, que quizás mucha gente no conozca, pero aconteció tal como lo relato, al igual que la leyenda negra de nuestro rey Felipe II que no desmereció en nada su gran reinado, pido perdón por si alguien se tomara esto como un agravio contra la Reina inglesa que siempre gozó de todo mi respeto y admiración”.      

Incluso la fallecida Reina de Inglaterra Isabel II se le achaca más de una, “la más sonada sin lugar a dudas fue donde los protagonistas fueron su hermana la Princesa Margarita y un Coronel de la RAF (Royal Air Force), Peter Towsend todo un héroe de la II Guerra Mundial, condecorado en muchas ocasiones por sus brillantes acciones bélicas.

La Princesa Margarita se enamoró locamente del militar que estaba –divorciado- y que tenía algunos años más que ella, por lo que Isabel II como reina y cabeza visible (papisa) de la religión anglicana no lo permitió, lo que degeneró en un estado depresivo en la Princesa del que nunca se recuperó, dándose a la bebida, cometió infidelidades y viviendo poco menos que “enclaustrada” en el palacio donde habitaba, aunque se casó nunca olvidó a su querido Coronel.

En aquellos años muchos cortesanos vieron con buenos ojos esta relación, la reina fue muy criticada en el mundo entero por esta actuación, muchos periódicos de la época tildaron este acto de Isabel II como inadecuado, sin embargo permitió que su hijo Carlos estando legalmente casado con la admirada y querida Lady Di tuviera relaciones extramatrimoniales algo que se comentó en todos medios de del comunicación que citaban su inadecuada relación con Camila Parker, lo que sería a la postre la segunda parte de su Leyenda Negra y posiblemente la más dañina para el flemático pueblo inglés, algo que sigue latente en la imagen de muchos ingleses que esperan posiblemente con –ansias- como se va ha desarrollar el reinado de Carlos III, que manifiestan que no se parecerá en nada a al de su difunta madre.

Quien fue la princesa Margarita, Condesa de Snowdon (Margaret Rose Windsor, nacida princesa Margarita de York en el Castillo de Glamil, Escocia, el 21 de agosto de 1930, falleciendo en Londres el 09 de febrero de 2002, fue la segunda hija de los reyes Jorge VI e Isabel la reina madre, contrajo matrimonio con el fotógrafo Antony Amstrong-Jones, tuvieron dos hijos antes de separarse David y Sarah.

Peter Wooldridge Towsend, 28 de noviembre de 1914, falleció el 19 de junio de 1995. Coronel de RAF, -As- de la aviación, cortesano y autor británico. Fue caballero del rey Jorge VI (1944-1952), mantuvo la misma posición para la reina Isabel II (1952-1953).

 Los reyes y las reinas dado su alto “concepto” caían en estos tópicos mal llamados –Leyendas Negras-. Felipe II posiblemente el rey más importante de la historia de España junto al Borbón Carlos III, lo implicaron en dos leyendas de este tipo, la primera tuvo como protagonista a su secretario Antonio Pérez, donde debido a una serie de desavenencias del monarca con este secretario, se propagaron de manera circunstancial unos contubernios marginales que dio pie a que el rey fuera el más dañado, “con medias verdades y mentiras” intentaron difamar a nuestro rey conocido como “el prudente”, dado el excelente comportamiento que siempre lo distinguió como rey. 

 Con él el imperio español alcanzó una cotas jamás conocidas, se comentaba “que en el reino de España no se ponía el Sol”, dada la extensibilidad territorial del mismo ya que sus posesiones eran notables en todos los continentes.

Las desavenencias de la reina inglesa Isabel I y el monarca español eran constantes, y los desaires estaban a la orden del día lo que hizo que Felipe II armara una gran flota, conocida como “La gran armada, grande y felicísima Armada en 1588, más conocida como como la Armada Invencible”, con el objeto de ocupar Inglaterra, esta gran flota zarparía desde Lisboa, pero surgió un grave inconveniente que sería –a la postre perjudicial para la flota española-, el almirante que iba a tomar el mando supremo de la misma, el Marqués de Santa Cruz falleció en aquellos días, (todo un experto marino), por lo que tomó el mando el Duque de Medina Sidonia, bastante menos experto que el fallecido.

Mientras la Armada Invencible ponía rumbo al norte, Alejandro Farnesio III, duque de Parma y Piacenza, tenía que zarpar desde los Países Bajos con una “flota menor”, y unirse a la Invencible en el Canal de la Mancha, una gran tormenta destrozó parte de la flota, el viento huracanado y la mala mar, derivaban a los barcos hacia los arrecifes de la costa inglesa donde eran destrozados. El mal tiempo retrasó la llegada de la flota del duque de Parma, la mayoría de los barcos tuvieron que huir navegando hacia el norte de Inglaterra, y desde allí buscaban un rescoldo de –calma- para regresar a la Coruña y otros puertos españoles.

 Todos, entre ellos algunos cortesanos y opositores criticaron a Felipe II, ampliando así su -leyenda negra-, el rey se defendía manifestando, “Yo mandé mis barcos a luchar contra los ingleses y no contra los elementos”.   

 La separación de Carlos y Lady Di, y su relación más íntima y su casamiento con la actual reina consorte, alimentó toda clase de comentarios, -muchos ingleses no tragaban-, la muerte de la joven en un accidente de coche junto con el millonario Al Fayet que no fue investigada como debió haber sido, ha generado muchos y tediosos comentarios, ya que desde un principio el accidente fue –instrumentado-, algo que nunca se sabrá máxime ahora que Carlos se ha convertido en Rey, y no le interesa desempolvar algo que en su momento fue para él un enorme martirio.