Habrá que ver si el santo ayuda, pero lo que está claro es que el pueblo respira aliviado: el atasco político se mueve, la ilusión se enciende, y Valsequillo —entre aplausos, sonrisas y memes de WhatsApp— se prepara para escribir una nueva página en su historia local
Por fin, sí señor, por fin Valsequillo despertó del letargo institucional y político que lo tenía atascado desde hace más de un año. Y no será un milagro divino —aunque coincida con el día de San Aurelio, mártir del siglo IX conocido por su fe inquebrantable y por no rendirse ante la adversidad—, sino una moción de censura registrada a las 8:30 de la mañana, con puntualidad de reloj suizo y aroma a café con esperanza.
Dicen los más devotos que San Aurelio protegía a los que sufrían injusticias y que nunca perdió la fe en los cambios imposibles. Así que el calendario no podía haber elegido mejor día: Valsequillo, prepárate para tu milagro administrativo.
Los grupos municipales Asamblea Valsequillera (AV), El Cambio Necesario PSOE–VPL (Grupo Mixto), Plataforma Vecinal Por Valsequillo Tajinaste (Grupo Mixto) y la concejala no adscrita Lucía Melián Alonso, han dicho basta ya. Han firmado con bolígrafo firme y sonrisa contenida la moción de censura contra el actual alcalde Francisco Atta, quien lleva tiempo jugando al escondite con la gestión municipal… y ganando, porque no lo encuentra ni Google Maps.
Un nuevo amanecer… sin atasco ni devoluciones
Según el comunicado conjunto, la idea es “iniciar un nuevo tiempo político basado en la responsabilidad, la participación y la buena gestión”. Palabras que en Valsequillo ya suenan casi exóticas, como decir “obras acabadas”, “subvención aprobada” o “presupuesto aprobado a tiempo”.
El candidato a la alcaldía será Juan Carlos Hernández Atta (AV) —sí, Atta también, pero de otra cepa política—, quien se compromete a liderar la resurrección municipal con el firme propósito de que Valsequillo vuelva a moverse… aunque sea cuesta arriba.
Los siete concejales de la oposición han firmado el documento que puede cambiar la historia reciente del municipio. Dicen que no es por poder, sino por “responsabilidad política”. Y en eso hay que darles crédito: ya hay que tener valor para meterse en este berenjenal en los últimos meses del mandato.
Juan Carlos Hernández Atta fue directo:
“La situación que vive Valsequillo es insostenible. Servicios esenciales en precario, devoluciones millonarias de subvenciones, obras estratégicas paralizadas y el municipio más moroso de Canarias. Lo fácil sería mirar para otro lado… pero Valsequillo nos duele”.
Traducido: “Esto está hecho un desastre, pero no nos vamos a rendir”.
Por su parte, Víctor Navarro (PSOE–VPL) añadió:
“Queremos devolver a nuestro pueblo la ilusión y la confianza perdida”.
Vamos, que Valsequillo necesita un psicólogo municipal y una buena dosis de autoestima institucional.
El portavoz de Tajinaste, Ibán Medina, prometió “recuperar la escucha real a los vecinos”. Después de tantos años, eso ya es casi una innovación tecnológica. Y Lucía Melián, la concejala no adscrita, cerró con elegancia:
“No era mi intención promover una moción, pero ha sido imposible seguir así”.
En resumen: se acabó la paciencia, pero no la esperanza.
La sesión plenaria será el martes 18 de noviembre, a las 12:00 horas, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valsequillo. Un acto que promete más emoción que una final de la Champions: sillas reservadas, cámaras listas, y vecinos con el móvil en mano listos para el “selfie del cambio”.
Se votará la moción, y si todo sale como está previsto, Valsequillo entrará en una nueva etapa política con una hoja de ruta que incluye palabras mágicas como transparencia, eficacia, presupuestos municipales y modernización administrativa. Casi nada.
Después de meses de suspense, silencios, rumores y algún que otro “no hay nada firmado”, Valsequillo por fin tiene fecha para dejar atrás la parálisis. Y lo hará, curiosamente, el día de San Aurelio, patrono de los que perseveran ante la adversidad.
Habrá que ver si el santo ayuda, pero lo que está claro es que el pueblo respira aliviado: el atasco político se mueve, la ilusión se enciende, y Valsequillo —entre aplausos, sonrisas y memes de WhatsApp— se prepara para escribir una nueva página en su historia local.
Porque sí, señoras y señores: ¡la moción va! Y esta vez, ni el tráfico, ni el tiempo, ni el café frío podrán detenerla.
La noticia también tiene lectura regional: Primero Canarias —la coalición que aspira a expandirse por los municipios como si fueran franquicias políticas— empieza a perder terreno de gobierno. Lo que pasa en Valsequillo no es un hecho aislado: es un síntoma. Los equilibrios se rompen, los socios se incomodan y los sillones tiemblan. Los vecinos ya lo comentan con ironía en los bares: “Primero Canarias… y después, el desastre”.
Con esta moción, el mapa político insular se recalienta. Y si el santo del día, San Aurelio, fue símbolo de resistencia frente a los abusos, puede que esta fecha marque el inicio de una cuenta atrás para varios gobiernos que creían que el poder era eterno.
Juan Santana, periodista y locutor de radio






