Con cada subvención devuelta, Telde pierde oportunidades para mejorar su infraestructura deportiva, crear eventos o apoyar a deportistas locales. Pero claro, ¿Quién necesita deporte cuando tenemos una Concejalía que representa un maratón de promesas vacías y un salto de longitud sobre las expectativas de los ciudadanos?

¡Qué alivio saber que en Telde contamos con un concejal que domina el arte de NO hacer! En un despliegue de habilidad que solo puede describirse como «genialidad a la inversa», el concejal de Juventud y Deportes, D. Christian Santana, ha logrado lo impensable: devolver, y no una, sino seis subvenciones en dos semanas. Y, para ponerle la guinda al pastel, nos sorprende,o tal vez, a partir de ahora, ya no, con el abandono de un proyecto que promovía el ocio saludable para los jóvenes. Porque, ¿quién quiere algo tan innecesario como valores o actividades para la juventud? ¡Arrayate un millo Christian!

A primera vista, podría parecer un acto de pura ineptitud o, incluso, desdén hacia la juventud de Telde. Pero eso sería demasiado simplista. Estamos hablando, señores, de un pionero, de un visionario que sabe identificar exactamente cómo NO debe gastarse el dinero público. ¿Para qué invertir casi 19.000 euros en “educar en valores” cuando podemos devolverlos, con elegancia, a la Consejería de Educación y Juventud del Cabildo? Eso, señores y señoras, se llama «gestión con estilo». ¡Hay que echarle un buen par!. Y ni hablar de los 800.000€ de subvenciones deportivas de la semana pasada. Tal vez esté escribiendo un manual: «Cómo deshacerse del dinero sin sentir vergüenza ajena» By Sir Christian Santana. Mejor no le pidamos explicaciones en algún pleno porque, ya sabemos que este Sr, hablar, habla bien poco. Recuerden el paralelismo entre nuestro triste protagonista y Sir Isaac Newton. 

Quizás lo que no entendemos es la estrategia profunda detrás de estas decisiones. Podría ser que D. Christian Santana está intentando enseñarles a los jóvenes una valiosa lección de vida: “Si puedes evitar cualquier esfuerzo, hazlo.” Es más, Santana debe de estar desarrollando su propio programa de educación en valores: el valor de la indiferencia, el valor de la dejadez, y, por supuesto, el valor de la falta de compromiso.

Su “despreocupación ” por las necesidades deportivas del municipio. Al devolver la desorbitante suma  de 800.000€ mencionado anteriormente, Santana nos demuestra lo que significa realmente «dejar ir». Quizás ha adoptado, aunque de forma un tanto literal, el antiguo proverbio oriental que dice: «Si amas algo, déjalo ir; si regresa, es tuyo, si no, nunca lo fue». Pero en este caso, lo que deja ir no es algo que pueda retornar, como si se tratara de un amor perdido, sino que se trata de un presupuesto de 800.000 euros destinado al deporte municipal. Al renunciar a esta cantidad colosal, Santana muestra una despreocupación tan absoluta por las necesidades deportivas del municipio que no solo «deja ir», sino que suelta también cualquier compromiso con proyectos, con planificación o –¡oh, la temida palabra!– con responsabilidad.

Con cada subvención devuelta, Telde pierde oportunidades para mejorar su infraestructura deportiva, crear eventos o apoyar a deportistas locales. Pero claro, ¿quién necesita deporte cuando tenemos una Concejalía que representa un maratón de promesas vacías y un salto de longitud sobre las expectativas de los ciudadanos? Santana no solo ha elevado el listón de la incompetencia, sino que se lo ha llevado consigo, por si a alguien se le ocurre intentar hacer algo ,que él no ha hecho hasta ahora… Algo útil. Guillermo Tell De