Juan Dávila-García. Radiotelegrafista del Estado

La Historia de España es elocuentemente una de las más importantes de cuantas se han escrito en el resto de las naciones del mundo por su “antigüedad” y por cuanto se manifiesta en la misma, si España es el país más antiguo de Europa su historia evidentemente deberá ser la que más peso específico ostenté, donde su enorme contenido lleno de los grandes episodios que muchos de nuestros paisanos fueron escribiendo con letras de “sangre y oro”, donde sus descubrimientos, sus viajes estimados como inverosímiles fueron realizados con todo el rigor que existían en aquellos años, los desplazamientos de sus grandes navegantes sin que existiesen “cartas náuticas  fiables (*), ni otros artilugios que los auxiliara en medio del océano, su guía siempre fue la -estrella polar-, y a ella se agarraban para marcar el rumbo y las demoras con ciertos visos de fiabilidad, y siempre consiguieron las metas que se propusieron, Colón, Elcano, Pizarro, Cortez, Núñez de Balboa, y otros colonizadores que le dieron al Imperio Español unas dimensiones jamás alcanzadas por otros estados –aventureros-, como fueron Inglaterra, Francia, Portugal e Italia”.

La primera navegación que circundó el mundo la inició el portugués Fernando de Magallanes al mando de una flota de cinco naves, su muerte en las costas filipinas propició que fuera Juan Sebastián Elcano (se comentaba que este vasco era el mejor piloto de la flotilla), el que realizara el total de la ruta marcada, recalando a su puerto de salida Sanlúcar de Barrameda casi tres años después de su partida con una sola nave “la Victoria”… y solo 18 hombres de los más de 230 que habían iniciado la aventura.

Las cinco naves que iniciaron tan colosal aventura fueron; la Trinidad, la San Antonio, la Concepción, la Victoria y la Santiago, cada una con sus capitanes respectivos, (donde destacaban por su sabiduría como navegantes los señores; de Cartagena, de Quesada, de Mendoza, Serrano, Coca…), maestres, contramaestres y un buen número de marineros.

 Juan Sebastián Elcano, navegaba como maestre (equivalente a segundo de a bordo en la nao Concepción). En aquellos años los mejores navegantes, al menos tenía fama de ello eran los vascos, incluso los astilleros presumían de ser los mejores constructores de este tipo de embarcaciones dada su excelentes condiciones de navegabilidad, solidez y tonelaje.

Es interesante relatar el amotinamiento acontecido liderado por De Cartagena (ex capitán de la San Antonio  veedor = Supervisor General de la  Flota), De Coca, De Quesada y De Mendoza, capitanes de las naos San Antonio, la Santiago, y la Concepción, ya que desde que se suscitó la realización  de viaje hacia “las Molucas islas de las especies”, se opusieron a que fuera nombrado por el Rey, Capitán General de la Flota el portugués Fernando de Magallanes, el que más exigía que se desistiera de ese nombramiento fue De Cartagena apoyado por el obispo Fonseca (del que se decía era hijo), y fue destituido como capitán de la San Antonio durante la navegación entre Tenerife y Brasil y sustituido por Antonio de Coca que era el contador de la flota.

 La nao Santiago durante un temporal naufragó en la bahía de San Julián, donde la fuerte ventisca lo arrastró hasta las rocas destruyéndose, su capitán De Quesada y varios tripulantes se salvaron de la debacle este grave incidente ocurrió el 03.mayo.1520. La San Antonio regresó a España arribando a  Sanlúcar de Barrameda seis meses después de iniciar la navegación de retorno. La Concepción que sufrió una grave avería fue quemada en Filipinas en el año 1521 y la Trinidad apresada por los portugueses en las Molucas, y de los 62 miembros de su tripulación sólo se salvaron 17 los restantes 45 fueron ejecutados, terminando por hundirse.

Solo la nao Victoria salió indemne de tantas vicisitudes, llegando al puerto de Sanlúcar de Barrameda a los tres años de su partida, capitaneada por Juan Sebastián Elcano y solamente 18 marineros. 

Elcano fue recibido a su llegada en “olor de multitudes”, el Rey lo recibió con todos los honores y lo nombró caballero otorgándole el título de Piloto Mayor del Reino y –gentil hombre-. 

Mientras De Cartagena –instigador del amotinamiento- permanecía prisionero acusado de “alta traición”. La flota antes de zarpar de San Julián recibió en la nao Trinidad  donde arbolaba la insignia de Magallanes como Capitán General de la misma a De Cartagena y al cura de la Reina acompañados de sus guardianes, donde el sacerdote uno de los tres que viajaban en diferentes naos, le pidió clemencia a Magallanes, que había optado en vez de ajusticiarlos en la horca dejarlo en tierras de la Patagonia con agua y galletas, el cura se deshizo en lágrimas amenazando a Magallanes “con el fuego del infierno”, mientras De Cartagena seguía en plan altanero “amenazando a Magallanes con su tío el obispo Fonseca y la relación de este con el Rey Carlos I”, ambos fueron abandonados en esa tierra donde los indígenas eran muy peligrosos y crueles.

 El descubrimiento de América y la circunvalación de la Tierra han sido con diferencia dos de las gestas navales más importantes de cuantas se han realizado con posterioridad, y así consta en la Historia Universal, Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes  y Juan Sebastián Elcano, sus principales protagonistas son homenajeados universalmente por haber llevado a cabo estas singladuras sin que existiesen cartas náuticas fiables, y se dispusieron a buscar las Indias por el oeste Colón, Magallanes inició la -ruta de las especies- buscando el paso que se –presumía existía- que comunicaba a los dos grandes océanos, el Atlántico y el Pacifico, así era hoy este –paso conocido como el Canal de Panamá- es una obra de ingeniería de las más importantes que se han realizado en todo el –orbe-, ahorrándole a los buques bajar al cabo de Buena Esperanza al sur de África, así como navegar por las aguas del estrecho de Magallanes en sud américa, enlazando así las navegaciones entre los dos océanos, ahorrándose posiblemente “-días de navegación” arribando a sus destinos en bastante menor tiempo-“

 El “villano” de Pedro Sánchez y sus adláteres desconocedores de la verdadera Historia de España, crean su propia historia falaz e irreverente, con el objeto de profanar las tumbas de Franco, Queipo de Llano y Bohórquez, y continuando según anuncian, con las de Moscardo, Milans del Bosch incluso según se comenta pretenden exhumar la de Rodrigo Díaz de Vivar más conocido como el “Cid Campeador”.

Evitar estas exhumaciones está en manos de todos los españoles de bien, así como también de las Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire, a fin de cuentas todos los exhumados fueron excelentes generales.