El auto judicial debía suponer, de momento, un respaldo a sus reclamaciones y un punto de inflexión en la gestión del ocio nocturno en la zona, sin embargo anoche volvieron a tener que acudir a la Policía Local y Nacional
Mientras el concejal de Urbanismo, Juan Francisco Jiménez (Ciuca), dice que está está ultimando la resolución administrativa que permitirá dar cumplimiento a la orden judicial mediante el precinto de las instalaciones de los negocios (Palacio Rocha y la Masía de San Juan), – como si estuviera redactando un testamento- la noche de este sábado según nos confirman los vecinos, tuvieron que acudir de nuevo a denunciar ante la Policía Local y Nacional, porque a pesar de existir un auto de cierre, concretamente el Palacio Rocha estaba abierto y con musica.
La inactividad del Ayuntamiento de Telde pese a las reiteradas denuncias de los vecinos de la calles, Conde de la Vega Grande y Licenciado Calderín, ha propiciado y generado graves perjuicios a los ciudadanos, especialmente cuando depende de dichas actuaciones para garantizar sus derechos.
El magistrado Francisco Javier Ramírez de Verger Vargas, del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 4 de Las Palmas de Gran Canaria, dictaba el pasado 16 de septiembre, la resolución por la que acuerda la suspensión cautelar de la actividad hasta que se restablezca la legalidad urbanística, ya que existen indicios suficientes de que los locales funcionan sin título habilitante ni licencia, lo que justifica la suspensión preventiva.
El Ayuntamiento de Telde que hizo caso omiso a las incontables denuncias vecinales, alegando que ya se habían iniciado los expedientes administrativos, ha devenido en que el juez además de decretar el cierre, imponga al Consistorio el pago de las costas procesales, con un límite de 200 euros.
El auto judicial debía suponer, de momento, un respaldo a sus reclamaciones y un punto de inflexión en la gestión del ocio nocturno en la zona, sin embargo anoche volvieron a tener que acudir primero a la Policía Local y luego a la Policía Nacional.
El ruido de los establecimientos molesta en un gran número de ocasiones –sobre todo en las zonas más céntricas o concurridas de las grandes ciudades– a los vecinos que lo padecen. De esta forma, un exceso de bullicio puede causar un gran malestar, e incluso una vulneración del derecho fundamental a la intimidad recogido en el artículo 18 de la Constitución Española.
Este medio cuenta con documentación audiovisual que respalda la veracidad de la denuncia vecinal.