Y así llegamos al episodio del pasado fin de semana: Operación “Loros Perdidos”. Dos loros decidieron fugarse sin presentar papeles ni justificar ausencias. Quizás cansados del ruido, del tráfico, o de tanto postureo institucional con filtro cálido. ¿Y quién acudió al rescate? Exacto: Peña, nuestro héroe improvisado, que se marcó una campaña digital de búsqueda más intensa que las elecciones de 2023

Este viernes, en nuestras ya tradicionales —y cada vez más terapéuticas— Tertulias desde la Resistencia en Telde, volvimos a lo nuestro: analizar con café, ironía y una cucharadita de resignación democrática los vaivenes de nuestro querido ayuntamiento. ¿Y el protagonista de la jornada? Pues quién va a ser, si no: Juan Antonio Peña, nuestro alcalde-showrunner, capaz de transformar la política local en una mezcla entre Netflix cutre y Teatro Chino de Manolita Chen.

Eso sí, no hablamos de una serie cualquiera. No, no. Esto es una producción de autor, con guion improvisado, tramas que se desmayan a mitad del capítulo y personajes que aparecen, desaparecen y reaparecen como si fueran Pokémon legendarios. Y al centro del escenario, Peña: un tipo que un día inaugura una farola con cara de épica institucional, y al siguiente lidera una operación de rescate de loros digna del National Geographic de andar por casa.

Sí, amigas y amigos: nuestro alcalde ha mutado de gestor público a conseguidor oficial. Un Indiana Jones del extravío vecinal. Un Sherlock Holmes del menudeo municipal. Un hombre que, si un día se pierde la Virgen del Pino en las fiestas, la encuentra antes que la Banda Municipal empiece con el pasacalles.

Y así llegamos al episodio del pasado fin de semana: Operación “Loros Perdidos”. Dos loros decidieron fugarse sin presentar papeles ni justificar ausencias. Quizás cansados del ruido, del tráfico, o de tanto postureo institucional con filtro cálido. ¿Y quién acudió al rescate? Exacto: Peña, nuestro héroe improvisado, que se marcó una campaña digital de búsqueda más intensa que las elecciones de 2023. Stories en Instagram, alertas ciudadanas, fotos borrosas, mapas con coordenadas. Un despliegue que ni la NASA en la carrera lunar, pero con emojis.

Incluso se peinaron los rincones más insólitos, hasta en Doña Rosa, ese lugar que ya parece más un refugio espiritual y que ha servido recientemente para amortiguar desmayos de antiguos próceres municipales.

Y claro, los pájaros volvieron. Porque los loros, como los votantes, se van cabreados pero regresan resignados. Eso sí: sin collar, sin chip, sin pedir perdón. Muy teldenses ellos. Peña celebró la vuelta como si acabara de recuperar Gibraltar. Lágrimas digitales, declaraciones conmovidas, y ese toque dramático que solo da el saber que uno vive en una tragicomedia constante.

Y ojo, que no queremos ser ingratos: mérito tiene. En un país donde hay políticos que no encuentran ni su coche oficial sin GPS, Peña encuentra loros. Chapeau. Pero claro… el problema no son los loros. Son las cosas que también se han perdido, y que nadie parece buscar.

Por ejemplo:

• ¿Dónde están las promesas electorales? Esas que se anunciaron con fanfarria y hoy se buscan con linterna y santo.

• ¿Qué fue del Mercado Municipal digno y moderno? Aquel que iba a ser el corazón comercial de Telde y hoy es un zombie urbanístico entre obras eternas y carteles vencidos.

• ¿Y el asfaltado de las calles? No el de Instagram, sino el real, el de los barrios donde los baches ya tienen nombre propio: “el socavón Manolo”, “el cráter Carmela”…

• ¿Y esa hoja de ruta del mandato? Porque a mitad del camino, lo más parecido a un plan de gobierno es el calendario de actividades culturales, anunciado por stories, como si Telde fuera el After Club del sureste.

• ¿Y las subvenciones que llegan del Cabildo o del Gobierno canario? Esas que, misteriosamente, aterrizan en otros municipios pero en Telde parecen desintegrarse en el aire. Ahí, el conseguidor se queda mudo. Con los loros, entrega total. Con el dinero público… vuelo rasante.

Y que no se malinterprete el tono. Aquí no venimos a destruir. Venimos a construir, con sarcasmo y responsabilidad, porque el humor —cuando se usa bien— es una forma de memoria activa. Desde la Resistencia, somos gente de bien, pero también de preguntas incómodas y cejas arqueadas.

Porque por mucho que el feed del alcalde esté bonito, el municipio no se gestiona con likes, ni con filtros. Se gestiona con hechos, y aquí lo que necesitamos no son más influencers del consistorio, sino políticos con los pies en la tierra… aunque tengan la cabeza en las nubes.

Así que, señor Peña, con todo el cariño y una ironía muy bien intencionada: menos loros, más logros.

Porque los pájaros vuelan, sí, pero las promesas —esas— deberían aterrizar.

Y en esta Telde nuestra, donde a veces parece que el ruido tapa los hechos y los hechos apenas se escuchan entre tanto discurso vacío, nosotros seguimos atentos, escuchando, analizando y, cómo no, tertuliando. Y hoy queremos poner el foco —con afecto, con ironía, pero también con respeto— en Nueva Canarias y su presidente local, José Luis Macías.

La reciente asamblea local de NC en Telde, celebrada sin mucho tambor pero con bastante contenido, se ha convertido, nos cuentan, en una pieza clave para el VI Congreso Nacional del partido. Casi nada. Quién diría que desde este rincón del Atlántico se sigue marcando hoja de ruta política… aunque algunos anden todavía buscando el GPS institucional.

No vamos a negar lo evidente: Nueva Canarias ha sido una formación política importante en Telde, sobre todo en los años donde la batuta la llevaba Paco Santiago, un político con carácter, visión y, sobre todo, mano firme. Tiempos en los que el partido supo conectar con la ciudadanía y ofrecer una alternativa seria y comprometida.

Pero los tiempos cambian… y los errores se pagan. Los desatinos cometidos durante el mandato de Carmen Hernández —sí, esos que algunos prefieren olvidar— siguen generando factura política. Y en esta legislatura les ha tocado pagar con intereses: pérdida de representación, desconexión con una parte del electorado y, para colmo, el virus del transfuguismo. Un fenómeno que ya parece tan canario como el gofio, aunque mucho menos nutritivo.

Porque sí, hay quienes deciden abandonar el partido, llevarse el acta como si fuera un bolso de mano, y colocarse donde nunca los pusieron los vecinos. Y eso, por más que se quiera adornar, tiene nombre. Y también tiene consecuencias, para la credibilidad y para el proyecto político en su conjunto.

Dicho esto, y con la misma claridad que usamos cada semana en nuestras tertulias en San Gregorio, animamos a Nueva Canarias en Telde a levantarse, reorganizarse y recuperar su papel en la vida pública local. No con nostalgia, sino con propuestas. No con discursos vacíos, sino con acción. Y desde luego, con la honestidad política que tanta falta hace.

En Tertuliando desde la Resistencia en Telde seguiremos siendo esa plataforma ciudadana que no se casa con nadie, pero conversa con todos. Que critica, sí, pero también reconoce. Que pone el foco, aunque moleste. Porque esta tertulia nació para quedarse, no para callarse.

Así que felicidades a José Luis Macías y a quienes siguen creyendo en el proyecto de NC desde la base. Telde necesita voces constructivas, pero también valientes. Y aquí estaremos, como siempre, resistiendo… con ironía, sí, pero sobre todo con amor a nuestra ciudad.