Más alto lo habrá podido decir Augusto Hidalgo, más claro no y es que después de “amenazar con encadenarse” si no se asfaltaba este tramo, hasta querer adjudicarse el que ahora se vaya a hacer, no ha hecho sino retratar una vez más la forma ridícula que tiene de hacer política Sergio Ramos, que cree que las instituciones son “tiendas de aceite y vinagre” que no han de seguir un proceso administrativo hasta realizar cualquier obra.

El consejero insular de Obras Públicas, Augusto Hidalgo,   lo dijo desde el principio y ha sido el único que no ha estado bailando la “yenka” con el asfaltado del vial de Salinetas. Lo dijo alto y claro que este tramo ha estado bajo titularidad de la administración regional desde su creación y «formaba parte del lote de enlaces y tramos cuya cesión de gestión y conservación al Cabildo aún no se había materializado, por lo que, hasta este miércoles, la Consejería insular de Obras Públicas no podía ejecutar sobre él las tareas habituales de mantenimiento.

Hidalgo se ha limitado a trabajar y no a estar dando titulares fatuos a la prensa, y a ponerse medallas que no le corresponden, como si ha hecho Sergio Ramos, quien se ha atrevido a decir que, “su mediación y la del concejal de Vías y Obras, Iván Sánchez, ha permitido aclarar la situación para asfaltar el tramo de carretera afectado por los socavones” algo insólito cuando sabe el vicealcalde de Telde que solo ha enturbiado un proceso administrativo que estaba siguiendo su curso y que por fin ha finalizado.

El consejero de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, destaca la buena predisposición mostrada por el Gobierno de Canarias en este tema para resolver esta y otras cesiones desde hace meses, y ha lamentado que “la actuación de un concejal del Ayuntamiento de Telde que, de forma un poco insólita y a la búsqueda de protagonismo, lo único que ha provocado es retrasar esta actuación de mejora, algo que podíamos haber solucionado hace mucho tiempo entre dos consejeros, el del Gobierno de Canarias y yo mismo por el Cabildo”

Más alto lo habrá podido decir Augusto Hidalgo, más claro no y es que después de “amenazar con encadenarse” si no se asfaltaba este tramo, hasta querer adjudicarse el que ahora se vaya a hacer, no ha hecho sino retratar una vez más la forma ridícula que tiene de hacer política Sergio Ramos, que cree que las instituciones son “tiendas de aceite y vinagre” que no han de seguir un proceso administrativo hasta realizar cualquier obra.