Antolín Bueno defenderá una moción para que el Cabildo dote presupuestariamente la actuación en el municipio de Tegueste
El grupo de CC en el Cabildo de Tenerife solicita la elaboración del Plan Especial de Uso y Gestión del Barranco de Agua de Dios (Tegueste) con el objetivo de crear un Parque Arqueológico que destaque sus valores. El consejero nacionalista, Antolín Bueno, defenderá una moción para que el Cabildo “dote presupuestariamente y elabore el Plan para poder crear un Parque Arqueológico en una zona declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de zona arqueológica desde 2006.”.
Antolín Bueno señala que el Ayuntamiento de Tegueste ha concluido los trámites para la creación del Parque Arqueológico del Barranco de Agua de Dios, que se configura como uno de los enclaves de hábitat aborigen en cueva más importantes y con mayor densidad de yacimientos de Tenerife. “El ayuntamiento está a la espera de la realización del Plan Especial del BIC del Barranco de Agua de Dios por parte del Cabildo. Es necesario impulsar esta actuación de manera inmediata”, explica.
Desde el punto de vista arqueológico, el barranco constituye una unidad de asentamiento permanente de gran importancia en el conjunto de la isla de Tenerife, como lo demuestra el extraordinario número de oquedades que se han documentado en ambas márgenes, especialmente en la izquierda. Las cuevas se han formado mediante procesos de erosión diferencial en los niveles escoriáceos que separan las coladas masivas apiladas en los taludes del cauce.
Según la Carta Arqueológica de los municipios de Tegueste y San Cristóbal de La Laguna, se han inventariado una treintena de cuevas naturales, tanto con una función habitacional como funeraria, documentándose varias no recogidas en dicho documento. Muchas de ellas han sufrido procesos de reutilización, atendiendo a los diversos usos que, históricamente, ha recibido este espacio. Entre los yacimientos documentados sobresalen algunas cavidades que han sido objeto de excavación arqueológica, como la célebre Cueva de los Cabezazos o la de Higuera Cota.
La primera de ellas se integra en un conjunto arqueológico mucho más amplio de cinco cuevas, que se abren en la ladera derecha del barranco. En ellas se ha documentado material arqueológico en superficie -obsidiana, cerámica decorada, fragmentos cerámicos lisos, restos óseos, etc.-; mientras que en otros casos las cuevas conservan buena parte de su relleno sedimentario o, incluso, resultan inaccesibles en la actualidad, por lo que cabe suponerles un mejor estado de conservación.
Sin embargo, es la ladera izquierda la que presenta una mayor concentración de oquedades, que se reparten a diferentes alturas y en muchas de las cuales el acceso resulta bastante complicado. Entre las cuevas más conocidas destacan la Cueva del Horno, del Lagarete o de los Guanches, y en todas ellas se mantienen las mismas características que en el conjunto de Los Cabezazos: reutilización de las mismas hasta la actualidad, presencia de evidencias arqueológicas en superficie, relleno estratigráfico de importancia variable y dificultades de acceso, tanto por la densidad de la vegetación en el fondo del cauce como por la ubicación en lugares de complicada orografía.