La presencia de enterococos hace una semana multiplicó por cinco los niveles permitidos. Sigue pendiente el arreglo de la red de saneamiento de Las Coloradas

La contaminación por vertidos fecales sigue presente en las aguas de la playa de El Confital y este mes ha sido detectado uno de los peores episodios registrados en los más de cinco años que permanece la prohibición del baño, sin que se resuelva el origen del problema.

La red de saneamiento de Las Coloradas, a la que se apunta como desencadenante del problema de salud pública por el mal estado en que se encuentra, tras descartarse otras causas, sigue sin renovarse pese a la gravedad del problema que afecta a uno de los parajes más hermosos y salvajes de la capital grancanaria.

La concejala de Aguas y Servicios Públicos Inmaculada Medina anunció en agosto del pasado año que se iba a agilizar el proceso para sacar a concurso y adjudicar la obra de 390.000 euros que hay que abordar para acabar con la contaminación de la zona, pero la actuación que se lleva anunciando desde hace dos años ni siquiera ha salido a concurso. Este periódico intentó, sin éxito, saber las causas por las que Aguas no ha licitado aún la actuación cuya financiación, se ha asegurado, está presupuestada.

En los muestreos periódicos que realizan los técnicos de Salud Pública del Gobierno canario se detectó el pasado 13 de junio una concentración de 1.000 Unidades de Formación de Colonias (UFC) de enterococos por cada 100 mililitros, es decir cinco veces más de la máxima presencia permitida, que está cifrada en 185 UFC de enterococos.

El descubierto el lunes de la semana pasada es el tercer mayor episodio de contaminación que se ha localizado en esas aguas. El más grave fue captado el 14 de septiembre de 2021, día en el que se detectó la presencia de 1.700 UFC de enterococos por 100 mililitros.

El 9 de agosto de ese mismo año, un mes antes, la concentración de bacterias fecales alcanzó las 1.500 UFC, el segundo más alto. En lo que va de año se han superado los límites permitidos hasta en cuatro ocasiones, lo que refleja que la situación, lejos de mejorar, está empeorando.

El listado histórico de los muestreos efectuados desde que se cerró la playa al baño el 25 de abril de 2017 refleja que 2021 ha sido el peor año, con diferencia, tanto por la cantidad de episodios detectados como por los niveles de contaminación.

El pasado fue un año negro, porque se detectaron hasta siete episodios, entre los meses de agosto y noviembre. 2021 superó incluso a 2019, el peor año hasta entonces, con seis episodios de elevadas concentraciones de bacterias fecales.

Desde que se prohibió el baño en la playa, una restricción que los bañistas, incluidos los surferos, se suelen saltar a diario, se han detectado al menos 24 picos de contaminación.

El concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, indicó el pasado año que la «única hipótesis» que se mantiene, tras descartar hasta siete puntos de posible origen de la contaminación, es la red de saneamiento de Las Coloradas, cuyo deterioro se puso de manifiesto en la inspección llevada a cabo.

«Se realizaron», dijo el edil durante una comparecencia en un pleno, «labores de limpieza e inspección con cámaras» en el alcantarillado de Las Coloradas, lo que dio como resultado que «la red se encuentra en mal estado, especialmente en algunos tramos, constatándose el desgaste y erosión de los colectores existentes y de muchos entronques y acometidas, así como carencia» de la parte inferior «en algunos tramos».

La conexión

La compañía Emalsa puso colorantes en la red en 2017 para establecer una relación directa con la contaminación, pero no se pudo confirmar dicha conexión, porque no se detectó la presencia del líquido con trazadores en la zona contaminada. No obstante, Ramírez indicó que pese a la imposibilidad de confirmar dicha conexión, «no se puede descartar» la red de alcantarillado de Las Coloradas «como origen» de la contaminación porque «se desconoce el tiempo que tarda el fluido en llegar a la zona baja». Además, añadió, «el trazador podría haber llegado en concentraciones no detectables o los productos que se usaron pueden haber tenido un comportamiento no conservativo, es decir, que desaparezcan o queden retenidos en el recorrido a través del terreno». laprovincia.es