Franquis anuncia que la obra se iniciará «cuanto antes» en la zona situada entre el Castillo de San Cristóbal y el primer edificio de la Guardia Civil

La Consejería de Obras Públicas del Gobierno canario actuará de emergencia para iniciar “cuanto antes” las obras de reparación de la escollera, con el objetivo de evitar el desplome de la plataforma que protege el paseo marítimo y la autovía.

Así lo acaba de anunciar el consejero regional de Obras Públicas, Sebastián Franquis,  tras la reunión mantenida con el consejero insular de Obras Públicas, Miguel Ángel Pérez, y el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, un encuentro que convocó de urgencia tras recibir el informe que le remitió el Ayuntamiento de la capital grancanaria, que advierte del pésimo estado de la cimentación de la plataforma del paseo y la autovía por el enorme deterioro de la escollera.

La obra de emergencia, cuyo coste se calcula en algo más de cuatro millones, se llevará a cabo en un tramo de 600 metros comprendido entre la altura del Castillo de San Cristóbal y el primer edificio de la Guardia Civil.

Franquis, que reconoció que la reforma de la escollera es competencia de la Comunidad Autónoma, indicó que cuando se produjo el socavón de un año, que rellenó el Ayuntamiento por la vía de emergencia hace dos meses, la situación de la escollera no era tan grave como ahora.

Anunció que de forma paralela a la obra de urgencia se hará un estudio en profundidad del estado del conjunto de la escollera, en el que participarán el Ayuntamiento y el Cabildo. Añadió que una vez reparada la escollera y rellenados los al menos cuatro huecos que existen, el Ayuntamiento se encargará de reparar el paseo.

“Tal y como está ahora” la escollera y el paseo, en cuya estructura se ha detectado a cinco metros de profundidad una entrada de agua que llega al borde del carril derecho de la GC-1, “sí se justifica una declaración de emergencia para que se actúe de forma inmediata”, subrayó Franquis, quien explicó que la obra utilizará como proyecto base el realizado por el Cabido de Gran Canaria el pasado año.El tramo vallado de la Avenida Marítima está afectado por una grieta de 30 metros

Javier Doreste indicó que el acuerdo adoptado en torno al problema es la “prueba palpable de que no hay conflictos y de que las tres administraciones dejan a un lado los posibles malentendidos y se ponen a trabajar de la mano”, tratando de ocultar la pelea que ha habido en el último año entre las instituciones sobre a quién le tocaba actuar.

Por su parte, Miguel Ángel Pérez manifestó que el objetivo de la reunión era buscar la solución a un problema, cuyo origen es el mal estado de la escollera, que daña a su vez al paseo y a la estructura de la GC-1.