La nula presencia policial y la falta de directrices por parte del Ayuntamiento teldense hacen imposible poner límites a las irregularidades en el Mercadillo de Jinámar
Los manteros y puesteros ilegales tienen ya tal falta de respeto, ante la desidia del ayuntamiento, que se instalan con toda impunidad la tarde del sábado invadiendo incluso el espacio público destinado al tránsito de los visitantes y vehículos, obstaculizando entradas y salidas evacuación y emergencias.
Al frente del mercadillo, dos funcionarios municipales que nada pueden hacer cuando no están acompañados por la Policía Local, y desde la concejalía que dirige Carmen Batista (Ciuca) no se mueve un dedo por cambiar la situación.
Desde que este grupo de gobierno asumió el poder hace 18 meses, todo ha ido a peor, porque ni siquiera un puesto está pagando al Ayuntamiento desde la pandemia del covi, y no existe un listado de los que están montando legalmente porque tiene un puesto concedido.
Los “ilegales” que ya se han dado cuenta que el Mercadillo de Jinámar es “café para todos” por la dejación del Ayuntamiento, se han adueñado de esta actividad dominical, haciendo que la inseguridad sea la nota dominante.
Es tal la gravedad que no existe plan de de evacuación, emergencia y seguridad, con todas las medidas exigidas, entre otras la de una ambulancia de soporte vital básico con al menos un enfermero, salidas de emergencias y evaluación señalizadas, ya que ahora mismo para entrar al mercadillo un vehículo de emergencia habría que levantar puestos y retirar vehículos etc
El alcalde de Telde, Juan Antonio Peña, ha abandonado con su inacción política al Mercadillo de Jinámar, y para poder revertir la situación hace falta un compromiso que a día de hoy brilla por su ausencia. MC