Juan Dávila-García. Radiotelegrafista del Estado

La Comisaría de Pesca de la Unión Europea ha vetado la pesca de fondo en el -occidente europeo- a Irlanda, Francia, Portugal y España, desde los caladeros de Gran Sol hasta la mismísima bahía de Cádiz, alegando sobreexplotación, como experto en –ictiología- creo que esa “sobreexplotación pesquera” es más imaginable que real, ya que al estar los mares “envenenados por la cantidad de basura y despojos que se arrojan al mismo, especialmente plásticos se han ido formando en mitad de los océanos unas “islas de plásticos”, sin embargo no se sanciona con el rigor debido “el incivismo” que existe a las personas que utilizan el mar como “vertedero y basurero”. 

Estas “islas de plástico y otros productos contaminantes” tienen en la superficie marina donde se ubican una extensión que alcanzan cientos de kilómetros/cuadrados, no permitiendo que la luz solar llegue a las profundidades que cita el –veto de la UE- de 400 a 800 metros de profundidad, ya que su –cerrazón- es total no permitiendo que uno de los componentes más importantes que conforman químicamente el agua marina se haga presente a esas profundidades como es la luz solar.

El sol es la principal fuente de energía para todos los procesos que ocurren en el sistema Tierra –atmósfera- océano. Los elementos químicos que predominan en el agua del mar son; cloro, magnesio, calcio, potasio, bromo, estroncio, boro, flúor y otros. El “albedo” (es la radiación que refleja cualquier superficie) es variable de un lugar a otro y puede cambiar en un corto plazo de tiempo, depende la cobertura nubosa y la naturaleza de la superficie, e inclinación de los  –rayos solares-.

El “plantón” necesita de los rayos solares para poder desarrollarse, si tenemos en cuenta que la mayoría de los peces que habitan en el medio marino se alimentan con el plantón, es inevitable que los mismos (los rayos solares) se hagan presente en los fondos marinos, los peces “abisales” que habitan en profundidades superiores a los cinco o seis mil metros de profundidad o más, como ocurre en la fosa marina de las Islas Marianas más de 11.000 metros, -la mayor profundidad conocida-, los peces que habitan en estas profundidades presentan deformaciones monstruosas, dándose la circunstancia que muchos carecen de –ojos-, de dentadura, etcétera.

Los pescadores profesionales de esta zona, manifiestan que han visto “megalodones”, el primer escualo conocido (diferentes tipos de tiburones, marrajos, peregrinos, martillo, blancos, ballena, solrayo…) en la actualidad, aunque las medidas de aquellos eran infinitamente superiores ya que alcanzaban los 25 y 30 metros, mientras que actualmente el mayor tiburón conocido “el blanco” no llega a los diez metros. 

 Insisto que en muchos mares incluso en los “endorreicos o cerrados” y océanos existen la sobrepesca, en algunos casos de determinadas especies como puedan ser los escómbridos (atunes, albacoras, bacoretas, listados, bonitos, melvas, barrilotes, caballas…), que en su mayoría se expenden en conservas.

Pienso que esa medida de “veto” adoptada por la UE es desproporcionada cuando se trata de preservar “ecosistemas vulnerable”, según la comisaria de pesca, la se señora Sinkevicius, pero no cita que especies ictiológica están sobreexplotadas, la prohibición afecta a 1000 buque y una superficie de 16.419 metros/cuadrados y las artes de pesca prohibidas son; redes de arrastre de fondo, dragas, redes de enmalle de fondo, palangres de fondos, nasas y almadrabas, sin embargo el paro que va a generar en los países vetados que puede ser de miles de trabajadores no se tiene en cuenta.

España, Francia, Portugal e Irlanda deberían recurrir esta prohibición ante el Tribunal de Justicia de la UE ya que estimo que este veto es improcedente, ya que atenta de forma desproporcionada contra estos cuatro países sin tener en cuenta los perjuicios que le van a causar a los profesionales de la mar y a los trabajadores de las factorías pesqueras.

Lo que debería hacer la comisaria de Pesca de la Unión Europea es disponer de una buena campaña de limpieza de los mares que están totalmente inundados de basura, algunos de los objetos que se tiran al mar son las pilas que dañan severamente los ecosistemas marinos ya que desprenden radiaciones que merman las facultades de los peces que habitan en esa profundidad, matándolos en la mayoría de los casos y reconocer que ese veto es –erróneo- ya que no existe sobrepesca y si el peligro de exterminar más de una especie ictiológica por “envenenamiento” de las aguas de los océanos, producida por la toxicidad de esos productos que se arrojan al mar donde la culpa es propia de ese incivismo que se observa.

En España tenemos el SEPRONA que es un servicio de protección a la naturaleza que realiza la Guardia Civil, y el ministerio del Interior debería contar con la –lealtad- debida con el Cuerpo Armado y no maltratarlo quitándole competencias, para que vigile y sancione con verdadera energía esos delitos de arrojar al mar cuántos productos se desechan en los hogares, sancionándolos como se merecen multándolos o llevándolos ante la Justicia y que se sancione con arreglo a la Ley a estos infractores enviándolos, si preciso fuera a prisión, ya que la reiteración alcanza un 90%, y estos “delincuentes” que atentan contra la supervivencia de los mares y los océanos, sean apartados de la circulación, dándole cursos de mentalización para que obren con la decencia debida.