Michael A. Galascio Sánchez. Doctor en Psicología de la Salud y Clínica, licenciado en Ciencias Políticas

Se debe crear un marco de medición integrado para la transición energética que incluya tres elementos principales: los sistemas energéticos, la ciudadanía energética y las tecnologías digitales, que sin duda producirán nuevos escenarios basados en estos impulsores. Por ello, necesitarán estar respaldados por políticas públicas y una financiación de igual calibre que la determinación y propaganda que proyecta el Gobierno. Según las tendencias de la Transición Energética Mundial, la electrificación y la eficiencia son los principales motores de la transición energética, que se ve facilitada por las energías renovables, el hidrógeno y la biomasa sostenible. De acuerdo con el informe <<World Energy Transitions Outlook 2022>>, los precios de los combustibles fósiles, la preocupación por la seguridad energética y la urgencia del cambio climático ponen de manifiesto la necesidad urgente de avanzar más rápidamente hacia sistemas energéticos más limpios. Es poco probable que las tecnologías de energía limpia se desarrollen al ritmo y la escala necesarios para hacer frente a los riesgos del cambio climático si no cuentan con respaldo gubernamental.[1]- [2]

Acelerar la innovación en materia de energía limpia podría proporcionar a los países en desarrollo <<los más vulnerables a los efectos del cambio climático y los menos capaces de responder>> tecnologías que permitan una transición de bajo coste hacia economías energéticas más limpias. Además, aprovechar las oportunidades de la transición a las nuevas tecnologías energéticas, permitiría hacer frente a amenazas únicas para las economías locales que dependen de las industrias intensivas en carbono. Quienes trabajan para mejorar la gobernanza en los países ricos en recursos continuarán desempeñando un papel fundamental en la transición hacia la nueva realidad energética de la descarbonización.[3]

Los principales consumidores y emisores de energía del G20 y el G7, en particular, deben demostrar su liderazgo aplicando planes e inversiones ambiciosas tanto en su país como en el extranjero. Asimismo, en las economías emergentes, lideradas principalmente por China, se intenta determinar cómo ampliar el acceso manteniendo el desarrollo, a la vez que se apuesta por fuentes de energía más limpias. Ante la creciente preocupación por el cambio climático, las grandes compañías petroleras están incrementando el gasto y diversificando hacia las energías renovables y fuentes de energía bajas en carbono.[4]

Según las encuestas realizadas a los ejecutivos de la industria petrolera y del gas, el compromiso de los consumidores de reducir las emisiones de carbono constituye uno de los principales impulsores de la transición energética. Por otro lado, a la pregunta sobre qué medidas están adoptando para hacer la transición, los directivos de la industria petrolera y del gas afirmaron que desarrollan productos con menos emisiones de carbono, tales como el gas verde, y la sustitución de los hidrocarburos por combustibles más limpios o fuentes renovables en sus procesos operativos.

En respuesta a la pregunta de cómo reducir las emisiones de carbono y el uso de energía, los ejecutivos de las empresas químicas señalaron, entre otras cosas, la inversión en energías renovables, mientras que los ejecutivos del sector manufacturero identificaron la tecnología para mejorar la eficiencia como un ámbito crítico de inversión.[5]

Consultados sobre las tecnologías emergentes necesarias para una transición eficaz hacia un futuro con menos emisiones de carbono, los ejecutivos del sector petrolero y del gas situaron las tecnologías digitales para mejorar la eficiencia y el control de la energía como la opción más importante.
La eficiencia energética es un componente clave de las estrategias de la mayoría de los encuestados en la <<Deloitte Low-Carbon Transition Survey>>, lo que demuestra el progreso hacia la descarbonización. En otros países, la administración se ha comprometido a convertir la transición energética en la fuerza motriz que impulsa la eficiencia energética, la modernización, la innovación y la digitalización en nuestros sectores de la energía y el calor.[6]-[7]

En esta línea, el gobierno debe aplicar una estrategia sólida para promover la innovación y la distribución de energía limpia, así como para ayudar a los trabajadores y a las Comunidades Autónomas en su transición energética. Por ejemplo, en Europa, los Países Bajos han puesto en marcha una estrategia de transición energética hacia una sociedad sostenible, que pretende abordar no sólo las nuevas tecnologías energéticas, sino también los cambios en los sistemas sociales que producen y utilizan estas tecnologías. Pues la transición energética va mucho más allá de las tecnologías energéticas y las infraestructuras físicas; también implica cambios en la gobernanza, como las nuevas normas, las leyes y los sistemas de mercado, los sistemas de toma de decisiones, la educación y la formación, y la transmisión de recursos y coordinación entre los diferentes participantes. Por ello, la transición energética requiere un cambio en los sistemas sociales, incluyendo los métodos de producción y consumo de energía, los usuarios de energía (actores), los valores y la gobernanza, así como los cambios en las fuentes de energía y la tecnología.[8]

A medida que aumenta el número de inversores y empresas interesadas en tener mayor transparencia y certeza al afrontar los riesgos y oportunidades climáticas a largo plazo, el sector se adapta a la transición energética, es decir, al abandono del sistema de producción y consumo de energía basado en los combustibles fósiles en favor de las fuentes de energía renovables. Dada la urgente realidad del cambio climático, y los precios de hidrocarburos, es evidente que los países productores de petróleo y gas deben comprometerse con una transición energética inmediata.

En esta línea, el almacenamiento de energía, considerado durante mucho tiempo como un vínculo necesario entre las energías renovables intermitentes y la seguridad operativa, ha comenzado a desempeñar un papel más importante en la transición energética, permitiendo la descarbonización de los sistemas de energía eléctrica. Esta tendencia también se ve impulsada por la expansión masiva de la infraestructura para el transporte de electricidad y el almacenamiento de energía, así como el creciente uso de tecnologías energéticamente eficientes. Además, los motores eléctricos de alta eficacia son importantes para aumentar la eficiencia energética.

Estas transiciones energéticas plantean desafíos y oportunidades para mejorar el medio ambiente y la salud pública, al tiempo que mitigan las desigualdades tradicionales de los sistemas energéticos y de transporte actuales, como la exposición inadecuada de personas con bajos ingresos y los menos favorecidos a los riesgos medioambientales.

Conectar los puntos entre la extracción actual, la transición energética y la extracción que continuará incluso en un sistema energético basado en las energías renovables, y la débil gobernanza que podría socavar cada uno de estos sistemas, requerirá nuevas pruebas sobre lo que funciona, así como nuevas formas de creación de alianzas estratégicas y construcción de comunidades. Por esta razón, será necesario reconocer las lecciones aprendidas hasta la fecha, la manera de aplicarlas a los nuevos entornos y las energías renovables a fin de optimizar los resultados de la gobernanza, las estrategias innovadoras requeridas y los nuevos métodos que resulten más eficaces para crear resiliencia y un futuro energético sostenible.[9]
[1] COUNCIL OF ECONOMIC ADVISERS (2021) <<Innovation, Investment, and Inclusion: Accelerating the Energy Transition and Creating Good Jobs>> [White paper]. https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwiMyvfl86b6AhWe8rsIHQxJCL8QFnoECAsQAQ&url=https%3A%2F%2Fwww.whitehouse.gov%2Fwp-content%2Fuploads%2F2021%2F04%2FInnovation-Investment-and-Inclusion-CEA-April-23-2021-1.pdf&usg=AOvVaw3UknnRWbviZfL0uTaTbJQ1
[2] International Renewable Energy Agency (IRENA). (2022, 29 de marzo) <<Energy Transition Holds Key to Tackle Global Energy and Climate Crisis>> [Comunicado de prensa]. Recuperado de https://www.irena.org/newsroom/pressreleases/2022/Mar/Energy-Transition-Holds-Key-to-Tackle-Global-Energy-and-Climate-Crisis
[3] Victoria Bassetti et al.(2021) <<Time to pivot: The role of the energy transition and investors in forging resilient resource-rich country outcomes>> https://www.brookings.edu/blog/up-front/2021/01/15/time-to-pivot-the-role-of-the-energy-transition-and-investors-in-forging-resilient-resource-rich-country-outcomes/
[4]S&P Global (2020) <<What’s Energy Transition?>> Standard & Poor’s https://www.spglobal.com/en/research-insights/articles/what-is-energy-transition
[5] Porter, S.E., Hardin, K.: (2020) <<Navigating the energy transition from disruption to growth. Energy and industrial companies are positioned for a lower-carbon future>> https://www2.deloitte.com/us/en/insights/industry/power-and-utilities/future-of-energy-us-energy-transition.html
[6] Ibídem
[7] https://www.bmwk.de/Redaktion/EN/Dossier/energy-transition.html
[8] Huh, T, Yoon, K.Y., Chung, I.R.: (2019) <<Drivers and Ideal Types towards Energy Transition: Anticipating the Futures Scenarios of OECD Countries>>. Int J Environ Res Public Health. 2019 Apr 23;16(8):1441. doi: 10.3390/ijerph16081441. PMID: 31018567; PMCID: PMC6518260.
[9] https://www.epa.gov/research-grants/drivers-and-environmental-impacts-energy-transitions-underserved-communities-0