Don Luis el practicante, como se le conoce en el municipio, es natural de la ciudad de Gáldar, pero en el año 1984 fue destinado a la localidad

Don Luis el practicante, como se le conoce en el municipio, es natural de la ciudad de Gáldar, pero en el año 1984 fue destinado a la localidad. Llegó con su familia y los primeros años vivieron en el bajo del actual Ayuntamiento “una casa pequeña pero muy acogedora” evoca el pregonero, quien recuerda además, que su hijo pequeño es valsequillero. En el pueblo, aún son muchos los vecinos y vecinas que recuerdan la vespa con la que se trasladaba por los caminos rurales hasta llegar a aquellos domicilios donde era necesario realizar una cura o coser una herida. Un trabajo que desempeñaba las veinticuatro horas del día porque era habitual que por la noche alguna urgencia se acercara hasta su domicilio para que Don Luis lo atendiera.

Una época, en la que en Valsequillo, solo había un practicante, puesto que no había Centro de Salud y, por ello, era normal que Don Luis visitará los colegios para vacunar a todos los niños y las niñas a la vez. En la localidad hizo de todo, como el recuerda, hasta de veterinario “una vez una vecino me llamó para que viera a una de sus cabras que se había cortado en la ubre, limpié un material que tenía en desuso y me fui hasta la zona del Mirador. Allí, cuando la vi, comencé a coserle la ubre y después de eso iba cada rato para visitarla para comprobar que todo estuviera bien”.

Una labor que desempeñó en otros municipio como el suyo, el Ayuntamiento de la Real Ciudad de Gáldar, que en el año 2021 le nombró Pintadera de Oro, por su profesión, ahora será pregonero de las fiestas patronales en honor a San Miguel, “es todo un honor y se sintió muy orgulloso de pregonar estas fiestas a las que no faltó cada año. Nosotros somos muy devotos de San Miguel, de hecho, en nuestra etapa en el municipio, yo colaboré y trabajé para construir la casa parroquial, muchos fueron los bloques y las tejas que pusimos los vecinos y vecinas en aquella época”.

Y es que Don Luis, no solo fue el practicante sino que era un vecino más que aún recuerda “amabilidad y generosidad de los valsequilleros”.