Los manifestantes se concentran al grito de «España no se vende» en la Avenida Juan XXIII de Las Palmas de Gran Canaria en la tarde de este lunes tras la convocatoria realizada a través de las redes sociales

Al igual que ocurrió en otras capitales autonómicas del Estado, la sede regional del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria también recibió visita este lunes por la noche. Unas 1.500 personas citadas a través de las redes sociales se concentraron, a pesar de la lluvia, ante el local socialista para protestar contra la futura ley de amnistía que hay sobre la mesa para que los independentistas de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y de la formación de Puigdemont, Junts, voten verde a la investidura con la que Pedro Sánchez renovaría su cargo como presidente del Gobierno central. 

«España, unida, jamás será vencida; Pedro Sánchez a prisión; Esto es una dictadura; Elecciones, queremos decidir; Que te vote Txapote». Fueron algunos de los cánticos que ayer gritaron los congregados, que portaban banderas de España y pancartas en las que se podía leer «PSOE mentirosos, miserables, traidores» o «Sánchez mentiroso comunista». 

«Estoy en contra de la amnistía, es ilegal, a mí no me representa y para hacerla se deberían convocar elecciones», denunciaba José Antonio de Santiago frente a la sede del PSOE en Las Palmas de Gran Canaria, pero no era el único. Muchos de los asistentes criticaban que Sánchez no había puesto esta medida en conocimiento del electorado durante la campaña, por lo que tramitarla ahora sería un «engaño» y una «traición». «El pueblo debe decidir si esto es lo que quiere para su gobierno», apuntó De Santiago. Añadió que el «sanchismo» se ha unido con «lo peor de este país», es decir, «los terroristas de ETA y los separatistas», en vez de tomar la vía «constitucionalista» de aliarse con el PP y apoyar a Feijóo en su investidura. «Yo creo que no los separa tanto. Necesitamos un centro liberal que no se apoye en los extremistas, que frene la polarización de la sociedad», señaló el hombre. 

«Canarias no se vende»

«Canarias no se vende, Canarias debe continuar apostando por la unidad nacional», reclamaba Estrella Castillo. Explicó que la aprobación de la amnistía afecta «seriamente» a todas las Comunidades Autónomas porque la unión de España es lo que «nos compromete a ser españoles». Y para las voces que vinculaban la protesta con la ultraderecha, la mujer aclaró que los reunidos no pertenecían a ningún color político, que eran ciudadanos libres del PP, de Vox, e incluso del PSOE, que habían ido a la sede socialista para defender sus valores. «Todo el mundo que crea en la unidad de España es bienvenido», aseguraba Castillo. 

Entre los manifestantes, Antonio Medina, que es militante del partido dirigido por Santiago Abascal, avisaba al resto de que ‘volver a elecciones’ no es una opción porque el PSOE tiene a «mucha gente comprada». «Ni nuevas elecciones ni nada, con esta gente no se puede gobernar porque son un fraude, están robando al pueblo», recalcó el miembro de Vox. Lamentó que a la protesta asistiese mayoritariamente gente adulta, hecho que achacó al «adoctrinamiento» que ha llevado a cabo el socialismo con el beneplácito de los populares durante más de 40 años de democracia. Una cuestión que ha provocado, expuso, que los jóvenes se desvinculen del sentimiento patriota. «Hay que quitarlos de Moncloa a la fuerza, estos por las buenas no funcionan», subrayó Medina. 

Corte de circulación

Aunque la movilización obligó a cerrar a la circulación dos carriles de la vía y las rutas de guaguas que pasan por la zona fueron cortadas, según varios testigos, la concentración en Las Palmas de Gran Canaria se desarrolló sin incidentes. Eso sí, la sede del PSOE estuvo protegida por miembros de la Policía Nacional. Con anterioridad a la protesta, el domingo 5 de noviembre, la cristalera de las oficinas socialistas sufrió un ataque vandálico.  Una persona lanzó un huevo contra la fachada. El secretario general del partido y antiguo presidente del Gobierno de CanariasÁngel Víctor Torres, condenó este ataque vandálico.

Mientras en Las Palmas de Gran Canaria la protesta se desarrolló en relativa calma, en otros puntos de España, como Madrid, no transcurrió con tanta tranquilidad. La protesta convocada delante de la sede general del PSOE en la Calle Ferraz, a la que acudieron unos 3.800 ciudadanos, según la Delegación del Gobierno de Madrid, y que contó con la presencia de Santiago Abascal o el líder del partido en Castilla y León, Juan García-Gallardo, se saldó con dos detenidos por desobediencia y atentado. 

La tensión aumentó cuando los miles de presentes trataron de echar abajo la valla de seguridad que la Policía Nacional había dispuesto para alejar a los manifestantes de la puerta. Los agentes respondieron con gases lacrimógenos, pelotas de goma y botes de humo, lo que inició una carga policial que se extendió a las vías colindantes.

La plataforma Revuelta, una organización vinculada a la asociación estudiantil Plataforma 711 que defiende los «valores cristianos» y «la reconquista», ha reclamado el abanderamiento de las concentraciones. laprovincia.es