No hay recetas mágicas para que funcione el Mercadillo de Jinámar, solo hace falta voluntad y trabajar, por amor al arte no van a funcionar las cosas y hay que poner mucho tesón para revertir el caos en que se ha convertido el mismo

La concejala de Mercados, Carmen Batista, visitó el pasado mes de agosto el Mercadillo de Jinámar, según dijo “para conocer el estado del espacio en el que se desarrolla esta actividad comercial, así como para anotar las principales demandas de los puesteros”.

Cinco meses después y sin que se le haya conocido ninguna gestión tendente a solucionar el caos en que se ha convertido el mismo, anuncia como medida grandilocuente que “el Ayuntamiento de Telde ha detectado el aumento en las últimas semanas de comerciantes sin documentación en el Mercadillo de Jinámar y que en las próximas ediciones se hará cumplir la ordenanza municipal”.

Habría que decirle a la edil de Ciuca, que las ordenanzas que se aprobaron en el año 2012, siendo concejal de Mercados, Fidel Ruiz, no han funcionado nunca, que solo son papel mojado que se hizo para cumplir los parámetros que venían de Europa y poco más.

Resulta grandilocuente que la Sra Batista diga que va a pedir la documentación a los mercadilleros y quien no tenga la acreditación será obligado a desmontar.

Batista debe saber:

A día de hoy, ningún puestero está pagando un céntimo al ayuntamiento y esto es así desde la pandemia de Covi, con lo que se está produciendo un quebranto a las arcas municipales sin que nadie ponga remedio.

– Los puesteros montan donde les da la gana, obstaculizando las salidas de emergencia que tan necesarias son caso de que se produzca cualquier incidente.

– La Asociación de Vendedores no existe, con lo cual cada uno va por libre y es interlocutor de si mismo.

– No se controla los metros que puede tener cada empresario del mercadillo, con lo que puedes encontrarte desde los que tienen 25 metros, a los que no consiguen entrar.

– No existe la inspección veterinaria en un lugar donde se expenden alimentos y productos perecederos.

– Desde hace más de un año se ha permitido que semana tras semana, los “manteros” se hayan adueñado del ala norte del Mercadillo, dando una imagen de ghetto deprimente.

– La Policía Local que debería estar desde el comienzo hasta que finaliza la actividad, y ni está ni se la espera, con lo que la autoridad municipal queda menoscabada y a capricho de los que forman pitotes cada semana.

En su momento, Servando González hizo un muy buen trabajo en el Mercadillo, pero con la llegada del Covi y la falta de gestión de los sucesivos ediles de Mercado se ha vuelto al “café para todos”

No hay recetas mágicas para que funcione el Mercadillo de Jinámar, solo hace falta voluntad y trabajar, por amor al arte no van a funcionar las cosas y hay que poner mucho tesón para revertir el caos en que se ha convertido el mismo.

Yo no le voy a dar consejos de lo que la Sra. Carmen Batista tiene que hacer – líbreme Dios- pero si piensa ir al Mercadillo cada cinco meses, (fue en agosto) es la mejor fórmula para que todo siga igual e incluso empeore. Maribel Castro;directora de canariasinformativa.com