La actividad está prevista para el viernes día 4 de noviembre, a las 18:30 horas y requiere inscripción previa

 la figura de la ‘tibicena’, la bruja canaria de leyenda conocedora de las propiedades curativas de la naturaleza, conecta con el gran conocimiento del mundo vegetal presente en la sociedad indígena. Precisamente, esta enigmática figura es la protagonista de la performance creada por la artista mexicana afincada en Canarias Gloria Godínez. La pieza se representa en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada el día 4 de noviembre, a las 18:30 horas.

La limitación en el aforo hace necesaria la inscripción previa para participar en esta actividad, que es gratuita. Desde el lunes, 31 de octubre, la inscripción está abierta de lunes a viernes, de 09:00 a 14:00 horas, en el tlf. 928 895 489 (ext.3) o directamente en la sede museística de Gáldar.

La performance está basada en las leyendas canarias de las brujas, unas veces convertidas en perro, otras veces mitad perro, mitad mujer. Se dice que asustaban a los campesinos y pastores en los caminos, pero lo que la acción quiere subrayar es la sabiduría herbolaria que se les atribuía: “Su especialidad eran las pócimas que extraían de las hierbas más sencillas, esas que crecen entre culantrillos y helechos o entre el incienso y la altabaca”, explica la cuentista Pepa Aurora en ‘Marichucena’.

Gloria Godínez ha investigado las propiedades de las plantas medicinales como una alternativa eficaz y económica a los productos farmacéuticos sintéticos de efectos secundarios. Además, “nos enseñan a participar en la economía de los dones:  las hierbas medicina son regalos cuyo aroma nos devuelve los recuerdos que habíamos olvidado”, explica la creadora.

Por eso, la performance consiste en replicar un secadero de hierbas de diferentes especies aromáticas y medicinales utilizadas tradicionalmente en las islas. Después de la acción, se dejarán expuestas para que cualquier persona que lo desee pueda llevarse algún ramo o sahumerio, “ya que la esencia del regalo es crear relaciones en cuyo primer eslabón está la tierra”, sentencia Godínez, quien también incide en la necesidad de crear “una atmósfera que evoque la conexión con la tierra y la sensibilidad contra el cambio climático”.

Las acciones de la representación las realizan ocho mujeres de diferentes cuerpos y edades que van desde los 15 a los 70 años. Una de ellas es el desarrollo de un ‘tableau vivant’ o pintura viviente de San Miguel, patrono de la parroquia de Valsequillo, mientras se escuchan balidos y ladridos. Con esta atmósfera sonora, no solo se pretende evocar la importante presencia del perro -única en el mundo- en la iconografía, sino que “queremos reinterpretar esa lucha contra el mal y el descenso a los infiernos desde una perspectiva actual que evoca al cambio climático”, desarrolla la ‘performer’.