La desidia municipal la vemos cada día apenas que recorramos nuestra ciudad, pero en las instalaciones infantiles donde se debería ser especialmente cuidadoso, es donde se palpa más el abandono institucional

Desde que comenzó su mandato, hace dentro de nada cuatro años, Álvaro Monzón, concejal de Parques y Jardines, ex concejal de Más por Telde y flamante fichaje de Nueva Canarias, ha pasado por alto el deterioro del Parque Pinocho, en pleno casco de la ciudad, que antaño fuera lugar emblemático de los pequeños teldenses.

Dentro de pocos meses se despedirá de su cargo como edil de Parques y Jardines y en ningún momento se le ha visto interesarte por este parque en el que el abandono más absoluto se hace patente.

Cables al descubierto, suciedad de montañas de hojas sin recoger alfombran el suelo, árboles sin podar, por no hablar de la cantidad de excrementos de tórtolas por encima de todos los aparatos de juegos infantiles, que suponen no me cabe duda de un foco de infección para los niños.

Da una tristeza tremenda, observar el muñeco de madera llamado Pinocho, que da nombre al recinto, como se cae a trozos, sucio descolorido y ya para rematar la imagen de abandono, ha perdido su distintivo más característico, su prominente nariz.

La desidia municipal la vemos cada día apenas que recorramos nuestra ciudad, pero en las instalaciones infantiles donde se debería ser especialmente cuidadoso, es donde se palpa más el abandono institucional.

Una auténtica vergüenza y desfachatez, que este señor quiera revalidar su cargo en el ayuntamiento de Telde, alguien que ha descatalogado el Parque Pinocho, porque le sale de la entrepierna y permite que los niños estén expuestos a grave riesgos por sus filias y sus fobias.