La exposición, compuesta por una docena de imágenes de gran formato en blanco y negro, es un homenaje al paisaje de la cumbre de Gran Canaria que se puede visitar del 14 de septiembre al 19 de noviembre

El otoño cultural programado por la Casa-Museo León y Castillo de Telde se inaugura con ‘Mar de isla’, una muestra fotográfica que rinde homenaje al paisaje de la cumbre de Gran Canaria a través de su diálogo continuo con el mar de nubes. La exposición, compuesta por doce inspiradoras imágenes de gran formato en blanco y negro sobre aluminio, tiene la autoría de Nacho González Oramas, reconocido fotógrafo grancanario con amplia trayectoria en el mundo cultural y del espectáculo, además de gran paisajista. La exhibición se inaugura el día 14 de septiembre, a las 19:00 horas, y permanecerá activa hasta el próximo 19 de noviembre.

La muestra está compuesta por un conjunto de 12 piezas de gran formato en blanco y negro impresas en aluminio texturizado. La elección no es aleatoria. “Este material novedoso me permite reinterpretar la belleza de nuestros paisajes en la clave de los grandes paisajistas, como Ansel Adams”, asegura su autor.

Con la exposición que estrena en la Casa-Museo León y Castillo de Telde, Oramas pretende hacer que se tome conciencia de los tesoros que la naturaleza brinda y el respeto que debemos tener con el medio ambiente ante la realidad del cambio climático. “Cada vez somos más personas en un territorio pequeño. La única manera de convivir de manera respetuosa con nuestra casa, con la tierra que nos acoge, es desde el cuidado y eso se consigue con educación. En ese sentido, persigo que mis fotos tengan una función pedagógica”, aclara Oramas sobre la función social de su fotografía.

La planificación en la fotografía de paisajes resulta esencial para este profesional de la imagen. “Es importante entender cómo funciona el cielo nocturno, sus particularidades: lunas, vía láctea, lluvias de estrellas… Y, además”, añade, “en Canarias tenemos otros fenómenos atmosféricos que condicionan la fotografía de paisaje. La luz del día es muy fuerte y cenital; los ocasos son muy rápidos, tenemos recurrentes calimas o los alisios nublan (para bien o para mal) nuestras tomas”, explica más pormenorizadamente el artista.