No es la primera vez que a Juan Antonio Peña, se le va la fuerza por la boca, y así hace un par de meses la Audiencia desestimaba la denuncia de Ciuca contra la edil, Lidia Mejias, ya este partido aseguraba que habían encontrado irregularidades en la gestión de la concejala durante su etapa en el área de Urbanismo
Cuando ocurrió el cese del abogado Carlos La Chica, la formación política Ciuca, estuvo muy audaz en capitalizar lo que fue une escándalo político.
No obstante su portavoz, Juan Antonio Peña trasladó a la alcaldesa que “si en las próximas horas se iba a producir el cese de otra asesora de su Gobierno”, ya que posiblemente esté en las mismas circunstancias, es decir, que no esté cumpliendo con dedicación exclusiva de su cargo y esté desarrollando otra actividad profesional no permitida “y por lo tanto ilegal”.
Pedía que el cese de la asesora se produjera como resultado de “la dimisión voluntaria o de la expulsión del Gobierno mediante decreto de la alcaldesa”. De no ser así, “será Ciuca quien retrate la incompatibilidad de la asesora públicamente y pida también responsabilidades patrimoniales y judiciales”.
En el Pleno ordinario celebrado ayer jueves, todo el mundo esperaba que Peña, llevara como estandarte este tema, pero nada, del tema no habló.
Estoy empezando a pensar que el portavoz de Ciuca, le ha cogido el gusto a de «que hablen de mí; aunque sea mal, pero, por favor, que hablen de mí». Sí, hay algunas personas que sienten que si no están cada día en la palestra es como si no existieran, incapaces de entender que a veces –muchas veces– una labor callada es mucho más eficiente.
No es la primera vez que a Juan Antonio Peña, se le va la fuerza por la boca, y así hace un par de meses la Audiencia desestimaba la denuncia de Ciuca contra la edil, Lidia Mejias, ya este partido aseguraba que habían encontrado irregularidades en la gestión de la concejala durante su etapa en el área de Urbanismo.
Esta costumbre de Juan A. Peña, se está convirtiendo en muy peligrosa, porque su credibilidad está quedando muy tocada y cuando un político pierde la credibilidad, pierde la capacidad de comunicarse con su pueblo, y cuando eso pasa, lo pierde todo.
Los ciudadanos no quieren escandaleras y alharacas, sino trabajo y seriedad en la gestión y los titulares efectistas pero vacíos de contenido que solo buscan causar ruido mediático, tienen los días contados. Maribel Castro, directora de Canariasinformativa